lunes, 29 de agosto de 2011

LA FORESTAL

Murió Gastón Gori (17/11/04)
'TENEMOS QUE SER MENOS IGNORANTES'

Por Carlos del Frade

Gastón Gori escribió y publicó y le reeditaron un total de 87 libros, uno por cada año que vivió. Con intensidad, pasión, amor y rigurosidad. Un cuarto de siglo le llevó su investigación en torno a La Forestal y murió con una jubilación que apenas superaba los 600 pesos. El escritor y periodista que nació en Esperanza murió el 17 de noviembre de 2004, el mismo día que se inauguraba el Tercer Congreso Internacional de la Lengua que, seguramente, hubiera ninguneado su compromiso y fulgurante existencia subordinada a la palabra como herramienta de transformación social y denuncia permanente. Quienes lo conocimos sabemos de su humildad, su sentido del humor y su renovada rebeldía cada vez que se enteraba de una nueva etapa del saqueo. Dos años atrás lo vimos bajar de una combi con un gran costo físico para sumarse a la creación de una biblioteca popular surgida de una asamblea barrial que apostó al futuro y que bautizó al lugar con su nombre. Hoy Gastón ya no está. Pero es una definición absurda. Por eso elegimos volver a contar aquella postal de alegría, militancia, honestidad y extraordinaria capacidad que nos regaló cuando se inauguró la biblioteca en la zona oeste rosarina. Gastón es un imprescindible. Lo queremos mucho. Lo seguimos necesitando.

El lugar más luminoso del mundo

En la lluviosa mañana del sábado 30 de noviembre de 2002, las asambleas barriales de Fisherton hicieron salir el sol.

Medio millar de pibes, que concurren a cinco escuelas del lugar, participaron del concurso de dibujos que sumaría el isotipo de la biblioteca popular inventada por los protagonistas de las asambleas.

Fisherton tiene 130 años y nunca antes, ningún funcionario, nacional, provincial o municipal, tuvo la idea se fundar una biblioteca.

Lo hizo la gente del pueblo.

Esa mañana de nubes, pintada de gris, los chicos que fueron con sus padres, hermanos y abuelos, supieron el significado de la palabra futuro.

Conocieron las cortinas hechas a mano por las vecinas, los estantes robados a la mugre de galpones abandonados, encontraron los marcos de las puertas pintados a nuevo, y comieron un bizcochuelo gigante cocinado en una panadería del barrio.

Vieron emocionarse a sus maestras, disfrutaron de títeres y bailes y descubrieron otra palabra nueva: dignidad.

La reconocieron en un viejito que para caminar se apoyaba en un bastón marrón, que vestía de traje y cuyos lentes hacía imaginar que no miraba lejos.

Era el hombre que llevaba el nombre de la biblioteca.

Gastón Gori, tejedor de la dignidad santafesina.

-Tengo ochenta y siete años y ochenta y siete libros publicados. Y como tengo pensado llegar a los noventa, necesito publicar tres libros más. Porque forzando las estadísticas quiere decir que tengo un libro por cada año de vida -dijo Gastón.

El hombre que durante un cuarto de siglo investigó La Forestal y descubrió las palabras como vínculos de historias individuales y colectivas, es apenas tenido en cuenta por los grandes medios de comunicación de la provincia.

Y hoy, cuando tanto se habla de los productos comerciales que semanalmente emite Telenoche Investiga, viene bien hacer un pequeño ejercicio intelectual.

¿De cuántas investigaciones que realizó Canal 13 usted se acuerda?. Difícilmente pueda decir con exactitud el contenido de más de tres trabajos a pesar de la enorme difusión que le dio el multimedios Clarín.

Sin embargo, cuando hoy los pibes de diecisiete años son explotados en los grandes supermercados de la ciudad, ellos, los mismos adolescentes, dicen que los tratan como en La Forestal.

Y ese concepto se hizo carne en la memoria del pueblo gracias al trabajo de Gastón Gori. Casi con seguridad ninguno de los chicos leyó el trabajo del esperancino, pero su obra se ha metido en la conciencia colectiva y ese es el mejor premio que puede tener un periodista de investigación. Que su obra lo trascienda y forme parte de los que son más.

-Yo repetí segundo grado porque no me daba la cabeza...Quería ser carpintero y todavía tengo el alma del carpintero...Si queremos ser una gran nación tenemos que leer más, tenemos que ser menos ignorante. Por eso es hermoso inaugurar esta biblioteca, porque es como un lazo que ahorca la ignorancia - sostuvo Gastón con su implacable lucidez de ochenta y siete años atravesados de coherencia, ética y búsqueda de la belleza y la verdad.

Por eso los chicos sintieron la alegría de sus padres, cuando este viejito los hizo reir; por eso los pibes se emocionaron cuando sus padres vibraron con las palabras de Gastón; por eso, ellos, los chicos de Fisherton, entenderán con el tiempo, cuando vayan una y otra vez a la Biblioteca, que ese sábado 30 de noviembre, fue el lugar más luminoso de la provincia, aunque lloviera y no estuviera el sol.

La luz viene del protagonismo de las asambleas barriales de Fisherton y de la vida de Gastón Gori, del futuro concreto y material que construyeron en Juan José Paso y Tarragona, a contrapelo de tanto cinismo e indiferencia que campean en estos crepusculares comienzos del tercer milenio.

Déjese tocar por esa luz, métase en esa biblioteca.

Ahí está el futuro, chiquito, sencillo y poderoso, tanto como la dignidad de Gastón Gori.

argenpress.info

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