domingo, 10 de febrero de 2019

IZQUIERDA ESPAÑOLA, FELPUDO DEL NAZISMO RANCIO.

La izquierda secuestrada

Filed under: Política — Nadir @ 3:23 
Os propongo que leáis el siguiente documento de la Asociación de Mujeres Juristas Themis: Manifiesto sobre líneas de reforma del Código Penal en materias de delitos contra la libertad sexual.
En concreto, el primer punto:
1) En las relaciones sexuales el consentimiento debe ser explícito. Si no hay consentimiento hay delito contra la libertad sexual. Será causa de justificación para la absolución la prueba del consentimiento; en consecuencia, quien tiene la carga de probar el consentimiento es el acusado.
Como tengo en alta estima vuestra competencia intelectual, no pierdo ni un minuto en desarrollar las consecuencias de llevar semejante dislate al Código Penal.
El nombre de la asociación me permite deducir que sólo pueden pertecer a ellas mujeres. Es decir, sus miembras tienen en común el tener coño, y se supone que para ellas esa característica fisiológica tiene relevancia en el estudio del derecho. La idea me resulta tan estúpida y grotesca como si fundasen otra asociación exclusivamente reservada para hombres, una segregación por motivos de sexo incompatible con una sociedad desarrollada. Pero como ya hemos visto, la segregación sexual es la nueva modernidad, la Arabia de los Saud nuestro modelo a seguir.
Pero el sexo es sólo uno de los accidentes somáticos al que fuimos sometidos en el proceso de recombinación de gametos en el momento de la procreación. Yo no me imagino un congreso de matemáticos bajitos, o de odontólogos pelirrojos. Ni siquiera hay nadie tan estúpido como para establecer criterios de segregación en base a características personales tan relevantes como la edad (¿asociación de historiadores cuarentones?) o el estado civil (¿congreso de biotecnología para divorciados?). ¿Por qué? Pues porque se supone que todos esos rasgos que definen a la persona, son irrelevantes en relación al sujeto de estudio. Si el sexo del sujeto es relevante en el estudio del derecho, habrá que cuestionarse por qué no lo van a ser los rasgos raciales. El concepto de derecho de/por/para mujeres es tan aberrante como un derecho de/por/para la raza aria. Simplemente, no es derecho en el sentido moderno del término (igualdad de todos los ciudadanos ante la ley). Si acaso, puede referirse al sistema legal en el Antiguo Régimen, en que la responsabilidad penal varía según el orden social al que pertenezca el acusado y el ofendido.
Por lo tanto, me queda claro que Themis es una asociación de mujeres (como un seminario, pero con el otro sexo). Lo que en modo alguno acepto es que sea de juristas, es decir, jurisconsultas o estudiosas del derecho. En modo alguno. Un grupo de mastuerzas que desconoce la presunción de inocencia como principio del derecho tienen de juristas lo que una reunión de chamanes, exorcistas y homeópatas de congreso de medicina. La presunción de inocencia es una base del derecho moderno desde la Revolución (no la bolchevique, sino la francesa), y cuando es defectuosa se suceden episodios sangrientos de caza de brujas con delaciones, cruces de acusaciones y ajustes de cuentas, como los famosos de Zugarramurdi o Salem. Nos están retrotrayendo al derecho del s.XVII, y ya podían tomar ejemplo y tomar otras fantásticas “innovaciones” propias del Antiguo Régimen y tiempos anteriores como lavar la ropa frotando en la tabla al lado del río, forjar el metal a mazazos en el yunque o desplazarse a pie o en carreta. Cómo me gustaría ver a semejante grupo de asnas arando con yunta de bueyes. Ya que proponen una vuelta a las antiguas instituciones, usos y costumbres (también el de la segregación sexual, en aras de la seguridad del sexo que ellas estiman débil y necesitado de protección especial), hagamos un revival completo. O, mejor dicho, que lo hagan ellas, a ver cómo les luce el pelo. Si quieren un código penal del s.XVII, también la tecnología y la medicina del s.XVII, desestimando los desarrollos que se han hecho desde entonces.
Y claro, alguien que entre en la página de estas zotes que usan el coño para reflexionar sobre derecho, y luego vea a pie de página que está…
… sale corriendo a afiliarse a Vox.
Lo cual sería especialmente estúpido, porque es precisamente la derecha cavernícola la que recoge los méritos de la recua de jurisconsultas y los sublima, tanto en la exaltación identitaria como en el pesebreo al socaire del Estado.
En lo primero ya lo he repetido varias veces: el identitarismo, la concepción de la sociedad no como conjunto de individuos con unos intereses de clase, sino como un conjunto de categorías en las cuales el individuo se diluye, formadas en base a accidentes ajenos a la voluntad de éste como el sexo, los rasgos raciales o el lugar de nacimiento, es la definición del conservadurismo. De nuevo, esta ideología que se nos vende como la última moda, es la reelaboración de la ideología que reaccionaba contra las nuevas corrientes aperturistas del liberalismo decimonónico. El identitarismo no sólo no es nuevo, es que es profundamente reaccionario, por mucho que se ofrezca bajo ropajes renovados.
En cuanto a lo segundo, tenemos la experiencia sobrada de todos los hijos del régimen que promocionaron, copando las canonjías y demás prebendas que el Estado les podía ofrecer o incluso crear ex-profeso. Estas pájaras no han inventado nada que la derecha no haya practicado antes hasta alcanzar la maestría, vividoras que ante su incapacidad de aportar nada útil a la sociedad, piensan gorronear del dinero público mientras puedan, aprovechando la nueva ola de puritanismo victoriano: sea como organizaciones afines, como es el caso, como conferenciantes, o facturando a la administración decenas de miles de eurospor estudios absurdos en el más puro estilo urdangarinesco.
Cuando propongo que la solución a la atonía económica (con evidentes consecuencias sociales) es la creación de una potente industria de propiedad pública o mixta, mi idea se pierde en el vacío sideral. Y no invento nada nuevo, hay ejemplos por todo el mundo, no parece irle del todo mal la fórmula a China. Sin embargo, esto va contra la ortodoxia religiosoeconómica dominante, e incluso es tabú para dirigentes políticos que aún conservan el carnet del PCE. Ahora bien, para apuntarse a la teta de las subvenciones, en eso no hay distingos entre orientaciones políticas, todos se lanzan a chupar.
Que falte dinero en investigación (también en los nuevos presupuestos, tanta fanfarria trayendo al astronauta para esto), pero se riegue con dinero público a grupos de incompetentes y analfabetos afines es bochornoso. Sean las juristas del coño, sea la Asociación para la Defensa de la Nación Española de Abascal, la sociedad no tiene por qué sufragar la propaganda sectaria de los partidos, donde aparcan a sus afines para los que no han encontrado acomodo en el organigrama del Estado. Ya nos hemos dotado de think tanks de calidad y, además, están subfinanciados: se llaman universidades. Que los partidos se paguen sus propias factorías productoras de mierda partidista y, si quieren ser mecenas de algún desocupado que les caiga bien, que los contraten como empleados del hogar y paguen ese salario de su bolsillo, que seguro que entonces no eran tan generosos como con el dinero público (imaginad la estampa de Abascal limpiando la cubertería de la Espe).
Salvo casos muy puntuales en los que esté justificada su contribución al conjunto de la sociedad, propongo dar cerrojazo a TODAS las subvenciones. Que cada organización aprenda a sostenerse económicamente o se vaya al demonio (desde la Iglesia Católica a los medios de comunicación, pasando por un larguísimo etcétera que incluye a engendros como FAES). De hecho, yo restringiría las subvenciones exclusivamente a nuevas empresas en sectores de alto crecimiento (tal y como hace, de nuevo, China, y tampoco parece irle mal con esa medida). Pese a lo que diga la alcaldesa de la “dictadura horrorosa” de Maduro, otra pájara, precisamente hay que deslindar el dominio público del privado. Actividades que deba financiar el Estado, deben ser acometidas por éste, sin enjuagues público-privados en los que es la patita privada la que se lo lleva crudo. Qué pena me da no estar ya empadronado en la Capi para poder darme el gustazo de usar la papeleta de la jueza y su nieto en una visita al excusado.
Pero ¿qué hago yo hablando de subvenciones? Estábamos tratando de rebuznos, de los que piensan con el escroto y ahora las que piensan con el coño. Hay un grupo de deficientes mentales que piensa que si la derecha dice 2+2=5, es muy revolucionario gritar a pleno pulmón ¡-5! Y rodeado de tanto imbécil ya no sé en qué puto agujero esconderme.
Hemos de insistir en que no puede permitirse que se establezca el debate de feminismo sí o feminismo no. El feminismo, como corriente ideológica que busca la superación de la discriminación sexual, aún es necesario; en todo el mundo, e incluso también en nuestra sociedad que, no lo olvidemos, es una de las más igualitarias. La lucha no es ideológica, sino de competencia. De competencia académica, de competencia intelectual, de competencia profesional; reconocer y valorar el trabajo intelectual serio y riguroso y diferenciarlo de los rebuznos y roznidos de personajes (y personajas) con poco cuajo y mucha jeta.
El ejemplo que he puesto ni es feminismo ni nada que se le parezca. Es una pura, simple y llana imbecilidad, y como tal debe ser denunciado. Y el movimiento político que compre esa basura, que no se queje luego de tener unos resultados de mierda. La coprofagia política sólo parece funcionarle a la derechona (y aún así, habrá que ver cómo retribuyen los ciudadanos al presidente más inepto y sinvergüenza que ha tenido el Partido Popular, que ya es decir), aunque miedo me da el surgimiento de la izquierda alternativa y magufa y sus descomunales tragaderas para deglutir residuos intelectuales.
Por ir cerrando esta entrada. El identitarismo, una ideología que tiene su lugar natural en la derecha, está secuestrando a la izquierda oficial y fagocitando su discurso. Aunque hubiera un dirigente político con dos dedos de frente para percatarse del peligro de alimentar un monstruo que amenaza con devorar a toda la izquierda, tiene que seguir con el juego de las identidades para no ver sesgada de un tajo su carrera política (y de qué va a vivir si no).
Y ya en el orden especulativo, me pregunto a qué se deberá este resurgir identitario. En parte sabemos que forma parte de una estrategia del capital por desarbolar a la izquierda revolucionaria, que ha depuesto un discurso riguroso que cuestionaba los mismos cimientos del poder para adoptar la forma de un espantajo ridículo y grotesco, que sólo convence a los adoctrinados y suscita el rechazo del resto de la ciudadanía. ¿Cómo vamos a perder elecciones si llenábamos las calles?
Pero la teoría de la conspiración no es ni mucho menos toda la explicación, el poder y los medios sólo nos están dando más soga en la que ahorcarnos, pero el lazo nos lo ponemos al cuello solitos. Me atrevo a aventurar que el identitarismo es la respuesta del individuo que se ve a la deriva en el mundo moderno, debilitados o rotos los tradicionales lazos de solidaridad con la familia, los amigos, los vecinos o los compañeros de trabajo. La aterradora insignificancia del individuo aislado busca cobijo en el grupo, adoptando las ideologías que sacian y se aprovechan de ese impulso tribal, gregario propio de tantas especies animales, para tener la ilusión de formar parte de algo más grande, trascendente: la comunidad de creyentes, la patria, la raza, el club de fútbol o, ahora, la adscripción sexual.
En la historia ha sido ensayado con éxito hasta el hartazgo: el discurso identitario funciona. La ideología de grupo rema a favor de la corriente en nuestra naturaleza, somos genéticamente tribales (ese gen debe ser recesivo en mi ADN, con otros cuantos como el de la sumisión a la jerarquía).
Lo difícil y, por lo tanto, lo evolucionado es lo contrario, repudiar los determinismos construidos en base a rasgos que nos son impuestos al nacer y generar una personalidad compleja que los supere, y una sociedad definida como una comunidad de estos individuos que interaccionan como tales, no como bloques o categorías (tribus, clanes o sectas).
Porque a nadie se le debería escapar: la reafirmación identitaria de un grupo genera como reacción la reafirmación identitaria del grupo descrito por aquélla como antagónico. Y no he leído aún a nadie que prevenga al respecto; cuando mueves pieza debes saber la cascada de reacciones que producirá ese movimiento. Si es que sabes jugar, si sabes de qué va el juego. Debe ser que no cobran lo suficiente, en el think tank de turno.