viernes, 18 de octubre de 2013

POR LO GENERAL NO LES DOY BOLA, PERO ESTAS SON MUY BUENAS

 

Máximas Antitanáticas.

- Lo pasajero y temporal son condiciones necesarias para lo eterno.

- ¿Alguna vez te preocupó lo que fuiste antes de nacer? Entonces ¿por qué ahora te preocupa lo que serás después de morir?

- Cuando un hombre empieza a controlar su voluntad es cuando empieza a ser poderoso.

- El exceso de lujos y comodidades nos hace perezosos. La pereza impide el desarrollo de nuestras potencialidades humanas. Esta impotencia es la causa de nuestra neurosis moderna. (Vivir entre comodidades mundanas atrofia las potencialidades humanas.)

- No fijarse metas, no marcarse objetivos; incumplir horarios, despreciar rutinas; vivir sin rumbo, como un vagabundo, hasta lograr la despreocupación total. Ésa es la receta milenaria transmitida por la divinidad.

- No adaptarse a una sociedad enferma, aunque doloroso, es un síntoma de salud mental y, sobre todo, un hilo de esperanza para el futuro de la humanidad ("En el lugar en el que ya no hay hombres, esfuérzate en ser un hombre" Las Enseñanzas de Nuestros Padres).

- Es imposible alcanzar la paz en Babilonia, pues la sobreexcitación antinatural de sus miembros es la base de la supervivencia de aquélla.

- Muchos de tus deseos pueden ser consecuencia de tendencias neuróticas, y la satisfacción de aquéllos sólo puede traer como resultado un mayor desarrollo de éstas.

- La clave del éxito social suele ser la misma que la del fracaso personal.

- Por mucho que te esfuerces, acabarás llegando siempre al mismo "sitio", sólo que un poco más cansado.

- Si la felicidad consiste en alcanzar aquello que deseamos, cuanto menos deseemos, o más accesible sea aquello que deseamos, más felices seremos.

- La constante búsqueda de seguridades es la forma más segura de vivir constantemente atemorizado.

- El lenguaje es tan falso y engañoso que a través de él se pueden llegar a justificar cosas totalmente contradictorias.

- Es muy diferente atender a las necesidades reales de una persona que ceder a sus caprichos o supersticiones. Lo primero es ayudarle, lo segundo no.

- El amor sólo se encuentra amando (indiscriminadamente).

- La mayor o menor capacidad para captar la inhumanidad de las sociedades de rebaño es directamente proporcional al menor o mayor grado de adicción a los vicios que ésta promueve: fama (cierto nivel de reconocimiento social), poder (cierta capacidad de explotar a nuestros semejantes)...

-Todo método de liberación que no proponga una ruptura total con las sociedades de rebaño es pura charlatanería.

- Aquel que es incapaz de adaptarse a una sociedad inhumana es, simplemente, porque su mente se resiste a convertirle en un monstruo.

- Obsesionarse por "mejorarse" uno mismo es egocentrismo. Obsesionarse por "mejorar" a la humanidad es antropocentrismo. Ambas cosas incapacitan, a quien se empeña en ello, para ver la realidad adecuadamente.

- Un grupo humano en el que lo económico prime sobre lo humano no puede estar compuesto por seres humanos mentalmente sanos.

- La inmensa mayoría sabe, más o menos, lo que debería hacer; por eso, no se trata tanto de una cuestión de falta o no de conocimiento, como de valentía para dar el paso

- El problema no consiste en que las sociedades de rebaño no funcionen correctamente, sino en creer que éstas puedan hacerlo de otro modo.

- El verdadero problema no son los gobernantes ni las leyes que éstos promulgan (por más injustas que puedan ser), sino que haya personas que deseen (o vean como normal) tener gobernantes y cumplir sus leyes. (¿Quién es más loco, el loco o el que sigue al loco?)

- El bien nunca podrá triunfar sobre el mal, de igual manera que el mal nunca podrá triunfar sobre el bien. Uno no puede existir sin el otro. Si el mal desapareciese, desaparecería al mismo tiempo el bien. El mal es condición indispensable y necesaria para la existencia del bien. Desde este punto de vista, el mal es también un bien. (Si no hubiera malos, jamás podríamos llegar a ser buenos.)

- Cuanto más deseas más cadenas.

- Uno mismo, y nadie más que uno mismo, es, para sí mismo, su peor enemigo.

- El verdadero Rey se esconde entre los mendigos.

- Cuanto menos pesa la mochila más cómodo se camina.

- Cuanto más lleno más vacío; cuanto más vacío más lleno.

- Hay dos tipos de personas: las que tienen fortuna y las que se empeñan en creer que no la tienen.

- Nadar contracorriente sólo sirve para ahogarse un poco antes y sufrir un poco más.

- La locura, asumida de forma voluntaria y practicada de modo regular, es un camino muy efectivo para alcanzar un cierto nivel de cordura en este caos llamado existencia.

- La mejor forma de superar nuestros miedos es enfrentarse a ellos, y enfrentarse a ellos significa aceptarlos, no oponerles resistencia, no huir de ellos; en definitiva, asumir que se tiene miedo. Hacer lo contrario sólo sirve para que éstos nos acompañen hasta el fin de nuestros días. ¡Enfréntate a tus miedos asumiendo sinceramente que tienes miedo! 
Fuente:
 http://elpoderdeerosypsique.blogspot.com.es/2013/07/maximas-antitanaticas.html

jueves, 10 de octubre de 2013

UNA NOCHE EN NEW YORK CITY


 

Leyendo una entrada de Plan C, o mejor dicho, mirando el video, yo lo escuchaba cantar a Luca cuando la blonda balbuceaba sobre visión política y proyectos como candidata. Da ternura la pichona de montaña de bosta.

miércoles, 2 de octubre de 2013

LEER UN BUEN LIBRO


El hombre de la imagen tiene un blog, se llama Jesús García Blanca y desde la óptica sanitaria desnuda el cipayismo y las relaciones simbióticas con el Poder, los alcances de la farmafia y las corporaciones.
Escribió un libro que se llama El Rapto de Higea, y aquí les dejo el enlace para quien quiera leerlo y/o descargarlo:

http://www.viruseditorial.net/pdf/rapto%20de%20Higea.pdf

Yo lo recomiendo así mas no sea para refregárselo en la jeta a tanta ONG careta o lucrativa, y según el autor, saber el origen de tantos latigazos recibidos, aquí parte de la introducción:

El caso de estas publicaciones es solo un elemento colate­
ral del modelo cientifista que nos domina, según el cual las
aseveraciones que logran presentarse como científicas se con­
vierten en incuestionables e infalibles. Se trata de algo que
explotan muy bien en el ámbito de la economía, donde se
permiten presentar sus recetas neoliberales como ciencia aje­
na al debate y la crítica política. Hasta el término «receta» es
tomado del vocabulario médico, tan científico él, para apli­
carlo en la economía. Y es que con la sanidad consiguen algo
similar: mediante la presentación de cualquier iniciativa mé­
dica bajo la pátina de ciencia neutral logran erradicar cual­
quier atisbo de crítica o debate.
Por ello, es necesario recordar e insistir en el fracaso del
modelo capitalista global que nos gobierna y que ha instalado
en los ciudadanos de los países ricos la enfermedad de la frus­
tración. Pasamos nuestra vida persiguiendo la comida más
sofisticada, el arte más excéntrico, el sexo más impulsivo, el
mobiliario más chic. Quienes viven en zonas rurales, en cuan­
to pueden buscan las aglomeraciones de las grandes ciudades,
los urbanos del interior se escapan a la costa y los habitantes
de las regiones con temperaturas cálidas sueñan con una chi­
menea. A nuestros jóvenes les resulta insoportablemente
aburrido un sol de primavera, el canto de un pájaro o una
charla en un café. Internet ha supuesto la huida absoluta del
mundo hacia lo irreal que no es nada. Vivir instalados en la
frustración conlleva esa huida —que no búsqueda— hacia no
se sabe dónde.
Nuestro sistema sanitario es el vivo ejemplo del surrea­
lismo y la paradoja. Un indigente podrá recibir en los servi­
cios de urgencia, de forma gratuita o subvencionada, un me­
dicamento contra la sarna que debe disolver en el agua de
una bañera, pero no tiene bañera, ni agua corriente, ni vi­
vienda. A quien duerme en un frío invierno en la antesala de
un cajero automático porque no tiene otro lugar, el sistema lo
ingresa en un hospital cuando se enferma de pulmonía, pero
antes no le pudo ofrecer una manta para evitarla. Y además
le dará el alta para que se dirija de nuevo a pasar la noche
donde de nuevo enfermará.
En la versión global se mantienen también esas insultan­
tes paradojas. Si, por ejemplo, dos gemelas adheridas por la
espalda naciesen en una inmunda barriada de Filipinas en el
seno de una familia sin recursos para alimentarlas, los mejo­
res hospitales del mundo competirían por realizar la inter­
vención quirúrgica que las separe. Ya ha sucedido en alguna
ocasión. Si, por el contrario, las niñas hubiesen nacido nor­
males, ninguna institución se hubiera preocupado de que pu­
diesen ser alimentadas o de que recibieran asistencia médica
ante una diarrea.
El mercado infesta todos los intersticios de nuestro sis­
tema sanitario. Desde la ilegalidad se crean mercados de
órganos o úteros de alquiler, y con la legalidad los jóvenes
venden su semen y los equipos médicos de trasplantes cobran
incentivos por cada donante que consiguen. Un hospital pri­
vado de los que ahora se conciertan por el Estado tendrá un
gran negocio si hay una epidemia en su área de asistencia
porque se multiplicarán las atenciones sanitarias y la factura­
ción. Conforme a nuestro cálculo del Producto Interior Bru­
to, este crecerá y, por tanto, el «crecimiento económico», si se
produce un aumento de enfermos de Alzheimer que dispare
la construcción de centros de asistencia, puestos de trabajo y
la comercialización de material relacionado con la atención
de esos pacientes. La película futurista La Isla (Michael Bay,
2005) ilustra bien algo que no podría resultar tan incon­
gruente con el sistema que estamos creando. En ella una
empresa «produce» clones de ciudadanos acaudalados con el
único objetivo de disponer de órganos de repuesto para ellos.
Por supuesto, ni los «originales» ni los clones conocen el plan­
teamiento, los primeros solo saben que pagan a una empresa
que les encuentra donante, los segundos viven artificialmente
en una comunidad cerrada y secreta creyendo que son la úni­
cos supervivientes de un desastre nuclear, periódicamente se
celebra un sorteo y uno de ellos es elegido para viajar a «la
isla», un lugar paradisíaco no contaminado. Nunca lo vuelven
a ver sus compañeros. Se me ocurren dos preguntas: ¿acaso
tendrían prejuicios muchos de los ciudadanos de los países
ricos en recibir un órgano de otro humano si lo necesitan para
seguir vivos, aunque fuera a costa de la vida del donante?,
¿acaso no estarían en condiciones de pagar lo suficiente como
para que sea rentable para una empresa dedicarse a ello?