jueves, 28 de abril de 2016

LOS “PAPELES DE PANAMÁ”, UNA NUEVA JUGADA MEDIÁTICA


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Se trata de la mayor filtración de documentos secretos de la historia, revelada por el diario alemán Süddeutsche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y que afecta al cuarto proveedor mundial de paraísos fiscales, el despacho de abogados panameño Mossack Fonseca. Incluye más de 11,5 millones de informaciones internas que desvelan que miles de personas ocultan su patrimonio en sociedades situadas en paraísos fiscales. La información que ahora sale a la luz muestra la actividad de la firma desde 1977 al diciembre de 2015.
Lo que ningún medio relata, sin embargo, es la naturaleza de ICIJ, una organización nacida como proyecto del Centro por la Integridad Pública financiado por las fundaciones Ford, Rockefeller y la Open Society de George Soros -promotor del golpe de estado en Ucrania-, así como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) conocida ya por todos, como fachada de la CIA que es, por financiar y apoyar todo tipo de movimientos desestabilizadores allá donde los gobiernos no son del gusto de la política imperialista de EE.UU.
Dirigido por Peter Bale, exvicepresidente y gerente de tecnología digital de CNN, este “consorcio” no ha sido capaz de publicar, casualmente por supuesto, ni un solo nombre de estadounidenses entre los millones de documentos filtrados, quizá por el acuerdo para el fomento del comercio al que llegaron Panamá y EE.UU. en 2010. Tampoco ha destapado el desfalco de la nación argentina por parte de JP Morgan o los negocios de Wall Street con el Estado Islámico.
Aliados del imperio estadounidense como el primer ministro islandés, Sigmundur David Gunnlaugsson, el presidente ucraniano Petró Poroschenko, el mexicano Enrique Peña Nieto o el argentino Mauricio Macri sufren actualmente un desgaste tal que se han convertido en peones fáciles de sacrificar, sobre todo si con esta jugada mediática son capaces de parar o revertir el vuelco de influencia a favor del imperio ruso y sus aliados que se está dando hoy, que se ha constatado recientemente con la toma de Palmira en Siria gracias a la aviación rusa y que ha dejado en una posición muy incómoda a Washington.
JefesEl rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz, figura clave en el actual acuerdo petrolero destinado a disminuir los precios del crudo; el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, quien recientemente ha denunciado un intento de golpe por parte de Washington; y el presidente de Pakistán, Nawaz Sharif, quien acaba de profundizar un proceso de acercamiento a Irán y la firma de acuerdos estratégicos con China -también Xi Jinping y el ex primer ministro, Li Pengm, aparecen “salpicados” en los papeles- son otros damnificados por estas filtraciones, pero estos precisamente por lo contrario, por no seguir la línea fijada por EE.UU.
Ha quedado bien claro que la corrupción del sistema es inherente al mismo y que, si se destapan estos casos, no es por la lucha contra aquella sino por las disputas entre partidos políticos o, como en este caso, entre imperios. Esta jugada mediática es un mensaje muy claro del imperio estadounidense al mundo: “O conmigo y con mi política, o contra mí, ya no caben medias tintas”. En la situación actual, de debilidad y derrotas del bando antes hegemónico, éste ataca con todas sus fuerzas a los rivales para recuperar el terreno perdido y las consecuencias de ello podrían ser nefastas para el conjunto de los trabajadores, que nos vemos abocados, paso a paso, a una guerra entre bandos imperialistas claramente diferenciados y de consecuencias previsiblemente catastróficas.
Y algo mas:

miércoles, 27 de abril de 2016

La destitución de Dilma Rousseff no es un golpe de Estado, es una cortina de humo



El proceso de destitución se ha transmitido en vivo por la televisión brasileña. CreditMARIO TAMA / GETTY IMAGES

RÍO DE JANEIRO — El domingo pasado Brasil dio un gran paso hacia la destitución de la Presidenta Dilma Rousseff cuando la Cámara Baja del Congreso votó para enviar su caso al senado, institución que seguramente la llevará a juicio.
Parece probable que la mandataria sea removida de su cargo y Michel Temer, su vicepresidente, la remplace. Quienes respaldan a Rousseff están furiosos, sus oponentes brincan de alegría y los políticos corruptos de Brasil suspiran con alivio.
El domingo, en una sesión que duró varias horas y fue televisada, los miembros del Congreso explicaron por qué votaban por la destitución: votaron “por la paz en Jerusalén”, “por los transportistas”, “por los masones de Brasil” y “por el comunismo que amenaza este país”. Muy pocos basaron sus votos en los cargos que se le han imputado a la presidenta, como haber violado las regulaciones en torno a las finanzas públicas.
Del lado de la oposición afirman que quieren enviar un mensaje sobre el buen gobierno. Pero la verdadera razón es que el sistema político brasileño está en ruinas. La destitución brindará una distracción conveniente mientras otros políticos intentan limpiar sus propias oficinas.
Una enorme investigación sobre corrupción, conocida como la Operación “Lava Jato”, ha explotado en las bases del sistema político. Cuando comenzó el escándalo, en 2014, los investigadores acusaron a miembros del Partido de los Trabajadores, el movimiento del que Rousseff forma parte, de utilizar Petrobras, la petrolera estatal, para intercambiar sobornos por favores políticos.
Ahora la investigación se ha extendido a personajes de todo el espectro político del país, incluyendo a cerca de 50 dirigentes y un puñado de líderes empresariales.
A diferencia de muchos políticos brasileños, Rousseff no es acusada de recibir sobornos ni efectivo a cambio de favores. Pero es una presidenta débil e impopular. La economía se ha estancado, en gran parte a causa de la caída mundial de los precios del petróleo y la mala gestión económica de su primer periodo. Se ha visto obligada a recortar el gasto e implementar dolorosas medidas de austeridad. En suma, es un blanco fácil para la ira pública.
Hundir a Rousseff —incluso por cargos que no están relacionados con la investigación inicial sobre corrupción— sería un buen final para la Operación “Lava Jato”: una catarsis de proporciones épicas. También sacaría del escrutinio público a los políticos corruptos de derecha, que son mayoría en el congreso.
El instigador de esta estrategia es Eduardo Cunha, quien dirige la Cámara Baja de Brasil y ha liderado el proceso de destitución. Sin embargo, él mismo es investigado por cargos de corrupción que incluyen lavado de dinero y sobornos.
Hasta ahora, su estrategia de enturbiar las aguas ha funcionado a la perfección: las maniobras para la destitución continúan y han distraído la atención pública de los problemas legales de Cunha.
No obstante, los miembros del grupo encargado de la Operación “Lava Jato” están preocupados. En una entrevista con BBC Brasil, Deltan Dallagnol, el principal fiscal de la investigación, dijo que temía una ofensiva política posdestitución contra las averiguaciones. Comentó que un cambio de gobierno podría darle poder a los congresistas que también están bajo investigación y podrían “prepararse para ir en contra de la operación” cuando la exposición mediática disminuya y se pierda el interés público.
Muchos analistas también temen que un gobierno dirigido por Temer, el vicepresidente, alcance un acuerdo con otros partidos para desarmar la investigación. Esto podría lograrse si se aprueban leyes que hagan más difíciles las iniciativas anticorrupción o si se remplaza a las personas a cargo de la Policía Federal.
Muchos de los que votaron por destituir a Rousseff también esperan que los jueces sean más indulgentes cuando no sean objeto de la presión pública ni de la cobertura de los medios.
Los simpatizantes de Rousseff aseguran que su inminente destitución es parte de un golpe de Estado. Se está siguiendo un procedimiento legal y parece que ella quebrantó la ley. Pero eso no significa que sea lo correcto.
La crisis desatada por los escándalos de la Operación “Lava Jato” pudo ser parte de un proceso extraordinario que estableciera un poder judicial funcional que combata la corrupción en Brasil. Pero la caída de Rousseff no es la conclusión lógica de esa historia.
Lejos de ser el comienzo de una nueva era, bien podría ser la forma en que la vieja clase política retome el control del país… y evite la cárcel.

Celso Rocha de Barros
Columnista político del diario brasileño Folha de São Paulo.
FUENTE

jueves, 14 de abril de 2016

Difteria: Un nombre maldito para una enfermedad común y corriente (1)


De todas las nuevas vacunas antibacterianas que nos hemos puesto los ciudadanos actuales del tercer milenio, vamos a tomar la de la difteria como ejemplo de todas ellas; pero informando al lector de que su historia y la información que aportaremos, es semejante a la de todas las demás, es decir, todas las vacunas para prevenirnos de infecciones bacterianas tienen, como decimos, la misma historia científica, la misma historia mediática y comercial. Por eso, estudiando, la difteria que es una de las primeras vacunas antibacterianas que reciben nuestros hijos, las damos todas por estudiadas.

Como hemos dicho, la difteria era una enfermedad conocida desde antiguo, los médicos españoles vitalistas de la época la llamaban “garrotillo” y la trataban como una amigdalitis aguda (anginas) y la curaban. Como explicaremos más adelante estos nombres históricos, el castizo garrotillo y el internacional difteria, en realidad quieren nombrar o se refieren a un cuadro patológico (enfermedad) de lo que comúnmente se conoce en la actualidad, como unas anginas o adenoides febriles y con placas; los médicos actuales, en nuestro argot técnico lo llamamos: una “faringo amigdalitis aguda con placas y fiebre”… ¿hay algún lector que no conozca o que no haya pasado el garrotillo? ¿Hay algún lector de más de cuarenta años al que no le hayan extirpado las anginas?... pues si así es, puede afirmar que ha tenido difteria y la curó. Puesto que si el lector actual hubiera padecido ese cuadro de anginas, por ejemplo, en 1940 se le hubiera etiquetado de diftérico… ¿por qué?... pues porque las anginas agudas que casi todo el mundo conoce por experiencia y la terrible difteria… son la misma enfermedad; como explicaremos inmediatamente.

Esa enfermedad tenía terrible fama de causar muertes a montones sobre todo en poblaciones hacinadas en las ciudades industriales que nacían en toda Europa, en hospicios de pobres y en comunidades miserables de obreros y mineros… y también era frecuente su aparición masiva en los países que se hallaban en guerra o en posguerra, situación muy frecuente en la sociedad europea altamente competitiva del siglo de la revolución industrial y de la primera mitad del siglo XX.

La difteria (o amigdalitis aguda) era bien conocida y descrita por los médicos vitalistas que atribuían su presencia masiva, por temporadas, al hambre y la miseria en general y, en particular, a las malas condiciones climáticas y ambientales: Fríos y humedades, hambre y suciedad, hacinamiento e insalubridad… sabían todo esto por pura experiencia milenaria, puesto que si el lector quiere tomarse la molestia de repasar las epidemias de difteria del último siglo aquí en Europa, comprobará que la difteria aparece en épocas de guerra o de posguerra, de crisis económica, de inviernos fríos y falta de infraestructuras… y en general cuando el nivel de vida de una comunidad se derrumba por una razón o por otra, es decir, con la aparición del hambre, la miseria y el frío… aparece el “garrotillo” o sea “la difteria” o sea las “amigdalitis”, las faringitis, las bronquitis, las sinusitis y otitis, y las neumonías… es decir para los médicos vitalistas las anginas eran una consecuencia de la miseria y el frío.

En nuestra sociedad de abundancia, calefacción y confort, las faringoamigdalitis agudas o anginas o difteria… son más escasas pero existen… son consecuencia de excesos de bebidas frías, aires acondicionados, excesos alimentarios y helados…  actualmente en un medio con recursos  e infraestructura suficiente, estas afecciones suelen curar, con o sin tratamiento, en una semana de cuidados caseros u hospitalarios… pero esta enfermedad tan común y fácil de curar en nuestra sociedad actual, resulta que en situación mísera y a la intemperie, sin alimentos, sin calefacción y sin caldos calientes… pueden ser mortales, como lo fueron en las abundantes guerras y posguerras europeas cuando se les llamó y catalogó a todas estas situaciones de amigdalitis aguda febril…como epidemias de difteria.

Parece ser que algo de razón tenían aquellos médicos vitalistas puesto que en tiempos recientes, con el desmembramiento en la década de los 90 de la U.R.S.S., se produjo una crisis económica en Rusia y, mientras se reorganizaba, bajó su nivel de bienestar; al derrumbarse la economía algunos ciudadanos no pudieron, durante unos años, disponer de energía suficiente para calefacción y la falta de liquidez monetaria produjo escasez extrema y la alimentación bajó de calidad, aumentó el alcoholismo etc… y precisamente en ese país donde se presumía, con toda la razón, de tener a toda la gente vacunada… durante esos años de crisis, de miseria social, pobreza y hambre, reaparecieron unas cuantas epidemias invernales de difteria[1].

La reaparición de esos brotes de difteria en Rusia rompía un silencio de esa enfermedad de cuarenta años, toda la gente estaba vacunada… ¿cómo pudieron aparecer tantos miles de casos de difteria? ¿No habían funcionado las vacunas? No podemos responder a esta pregunta; pero lo que podemos asegurar es que su “efecto preventivo y protector” si es que lo tiene, no pudo compensar el efecto negativo del frío y del hambre que sufrieron los ciudadanos rusos; aunque estuvieran todos obligatoriamente y previamente vacunados contra la difteria. Los médicos vitalistas hubieran recomendado comida caliente y abundante y refugio seguro para prevenir y curar esos casos rusos de difteria o amigdalitis agudas.

Pero, como ya hemos contado, los vitalistas iban a ser desplazados del escenario médico y, en 1880 Löfller presentó al presunto bacilo asesino Chorinebacterium difteriae, como la causa de la difteria, como ocurrió con el cólera unos años antes, también se le creyó un bacilo agresivo, alienígena y único responsable y causa primera de la difteria. Como había ocurrido con Koch, el gobierno alemán lo condecoró, la prensa lo vitoreó, recibió todos los premios académicos… ya hemos dicho que la historia del descubrimiento de microbios y aplicación de vacunas es igual en todos los casos, por lo que evitaremos repetir la historia que ya hemos contado. 
Décadas después, en los años cincuenta del siglo veinte, con los adelantos en microbiología se supo que este bacilo no sólo no es extranjero, no es un alienígena, sino que no tiene otro hábitat que el humano, es decir, no compartimos su presencia con otros animales, el bacilo que supuestamente causa la difteria es en realidad una especie endémica y exclusiva del hombre. 

Nosotros mismos somos el ecosistema donde habita de forma natural este pequeño ser y sus familias afines. Acusarle a él de infectarnos es como si un naturalista acusara a los pinos y robles, a los ciervos y comadrejas y demás habitantes de un ecosistema de ser seres que infectan dicho ecosistema y quieren acabar con él.

Y además, cuando los microscopios se hicieron más potentes se vio con facilidad que poseemos varias especies de dicho bacilo y que habita en casi todas las partes de nuestro cuerpo, mucosas, piel, vías urinarias, tracto digestivo… y que tiene funciones protectoras, defendiéndonos por su propia presencia de la colonización de esporas, hongos y otros posibles invasores externos.

Pero como ocurrió con las otras vacunas, estos nuevos conocimientos de la microbiología, no llevó a la clase médico industrial a replantearse la utilidad y el sentido biológico de las vacunas; no se podía contradecir a los creadores de la idea después de haberles idolatrado, no podían reconocer el error de esa visión paranoica de la Naturaleza; los mismos médicos en activo habían participado de toda la paranoia de los microbios, los catedráticos en activo llevaban años de docencia enseñando a sus aprendices las ventajas de las vacunas, haciendo apología de los nuevas medicaciones para matar microbios… y los industriales no pensaban en perder el negocio precisamente ahora, cuando dominaban el negocio y eran los que controlaban la política sanitaria mundial y la enseñanza académica de toda la cultura científica y médica.

No iban a perder el negocio ni el prestigio, nadie tenía que reconocer nada, ahora, la industria médica domina los espacios académicos y, por eso, se sigue enseñando a los aprendices de médico que las vacunas siguen teniendo sentido y además son necesarias; no se permite discusión alguna… Y advierten a todos que no van a tolerar preguntas ni réplicas… y los médicos vitalistas que queden y que adviertan a la población serán acallados, serán denunciados y expulsados de los colegios de médicos.

[1] Los países comunistas llevaron una política de vacunaciones casi totales desde el final de la segunda guerra mundial. Presumían de paternalismo estatal y llevaron la vacunación hasta los lugares más recónditos de sus países… cuando llegó la crisis económica y energética y apareció la miseria social, volvieron los viejos fantasmas: la difteria, la tuberculosis, la tos ferina… pero sobre una población que estaba vacunada contra esas enfermedades durante generaciones… ¿donde estaba el efecto protector? ¿en las vacunas o en la comida y la calefacción?

sábado, 9 de abril de 2016

CANCIÓN PARA MAURI


Aguantá que recién empieza, y quien te dice a lo mejor te gusta y se lo recomendás a tus cómplices.