lunes, 26 de noviembre de 2012

¿CON ESTO MUERE 1984? UN PRINCIPIO OPTIMISTA


Código abierto, colaboración y democracia

¿Qué pasaría si adoptáramos el uso de herramientas colaborativas de código abierto similares a Git para la creación de leyes de tal forma que los ciudadanos pudiéramos seguir el proceso de elaboración de estas e incluso participar en él?
Pues según cuenta Clay Shirky, veremos Cómo Internet (algún día) transformará el gobierno:
En nuestra vida, se ha inventado una nueva forma de discusión; en la última década, de hecho. Es en grande, distribuida, económica y compatible con los ideales democráticos. La pregunta ahora es, ¿dejaremos que los programadores se la guarden para sí mismos? ¿O trataremos de tomarla para ponerla al servicio de la sociedad en general?
FUENTE:
 Vía @artepresentar).

viernes, 16 de noviembre de 2012

OBSERVACIONES DE UN FRANCHUTE CHAMBON


VIDA DE MIERDA, COMIDA DE MIERDA, CUERPOS DE POBRES (S)

Impressionné par la qualité de l'article de Laurent Chambon "Vie de merde, bouffe de merde, corps de pauvres", publié d'abord sur Minorités et qu'il a découvert sur Owni, Ney Fernandes l'a traduit en espagnol. Pour le remercier, c'est simple : partagez cette analyse avec vos amis hispanophones !
Impressionné par la qualité de l’article de Laurent Chambon “Vie de merde, bouffe de merde, corps de pauvres”, publié d’abord sur Minorités et qu’il a découvert sur Owni, Ney Fernandes l’a traduit en espagnol. Pour le remercier, c’est simple : partagez cette analyse avec vos amis hispanophones !

Laurent Chambon, doctor en ciencias políticas y cofundador de la revista Minorités, reflexiona sobre los orígenes de la pandemia de obesidad observada en Estados Unidos y su aparición en Francia. Este fenómeno es ante todo el síntoma de una sociedad profundamente desigual.
Cada vez que voy al suburbio donde crecí, el 91 [suburbio parisino, Essonne], varias cosas me impresionan: (1) todo está muy limpio y hay flores por todos lados, a pesar de los automóviles incendiados, (2) las zonas comerciales al estilo estadounidense (tiendas/galpones construidos de prisa alrededor de un estacionamiento) reemplazan los últimos bosques, (3) se ve que la gente tiene cada vez menos dinero y los supermercados han eliminado los productos más caros para ofrecer apenas lo más barato, (4) la fealdad comercial y la precariedad de los letreros publicitarios omnipresentes son extremas y (5) hay mucha gente muy gorda por todos lados. Más que gorda. Obesa, en realidad.
Hace cuatro años viajé a Detroit para mezclar mi primer disco. Allí, la fealdad estructural de la ciudad y la obesidad de la gente formaban parte del exotismo. Pero en mi casa, en el 91, la violencia de esa pobreza cultural y visual mezclada con la epidemia de obesidad me dejó pasmado. Mientras digería mi decepción encontré varios libros y artículos sobre alimentación, obesidad, clases sociales y revolución verde. Como siempre, hay que saber separar el trigo de la cizaña, por más difícil que sea.
Una de las teorías en boga en el norte de Europa es que la obesidad es una enfermedad mental. Una especie de anorexia al revés, mezclada con hábitos propios de una adicción, cierta debilidad moral y disfunciones de comportamiento. En vez de dejar que los laboratorios nos engatusen con píldoras mágicas que hacen adelgazar sin ningún efecto secundario, los médicos y sicólogos se dedican a profesar principios de autocontrol y elaborar terapias para impedir que la gente se atiborre como puercos.
Cosa de perezosos
No puedo negar que me produce desazón ver esos turistas estadounidenses obesos en Amsterdam que se hartan de menúes XL de papas fritas, hamburguesas y tortillas mexicanas (que contienen al menos media hoja de lechuga, cómo no), pero que tienen una crisis de asma si les sirven una Coca-Cola normal en vez de la versión dietética que pidieron.
Ver a un obeso comer en exceso es casi tan insufrible como esas campañas de las organizaciones de protección animal con cachorritos infelices encerrados en pequeñas jaulas. Hay algo obsceno en ese atiborramiento de obesos.
Así y todo, aunque nos den ganas de gritar que los estadounidenses son obesos por perezosos y golosos, me pregunto si no habrá una explicación realmente válida. Porque quien ha vivido en Estados Unidos sabe perfectamente que los más pobres son súper delgados o súper gordos. Los cuerpos de los estadounidenses delatan su pertenencia a una clase social, incluso antes que su acento y su ropa. Los ricos tienen cuerpos atléticos y dientes perfectos, los pobres no tienen ni lo uno ni lo otro, y la clase media lucha por limitar los estragos para no parecerse demasiado a los pobres.
Cuando se sabe a qué punto la meritocracia estadounidense es un mito y que tanto la riqueza como la pobreza se heredan, se llega a la conclusión de que debe haber algo más que la voluntad personal que permite a los ricos ser bonitos y obliga a los pobres a ser feos. Por lo tanto, el supuesto de que los gordos son gordos porque son perezosos, por más evidente que ello parezca, no me convence para nada.
Por más que los sicólogos intenten vendernos sus terapias antigula, yo no les creo.
Cosas de clase
Uno de los libros fundamentales de la década, que ya comenté en la edición n.º 10 de Minorités, es The Spirit Level, Why More Equal Societies Almost Always Do Better, de Richard Wilkinson y Kate Picket. El libro da a conocer una relación estadística entre las enfermedades y las desigualdades.
En resumen, mientras más desigual es una sociedad, más sus habitantes son gordos, depresivos y violentos. En las sociedades más igualitarias la gente controla mejor su vida: hay menos criminalidad, menos violencia, menos adolescentes embarazadas, menos violaciones, menos obesidad, menos enfermedades, menos extrema derecha…
Los dos sociólogos ingleses reconocen sin embargo que no pueden explicar en detalle todo el fenómeno: todo indica que las desigualdades son un factor de estrés individual y colectivo que tiene consecuencias dramáticas, pero no encuentran material científico que explique por qué el hecho de vivir en una sociedad desigual produce obesidad.
Pues yo di con un artículo de investigadores –posteriormente citado en Slate– que lograron demostrar algo realmente interesante: la obesidad no tiene una relación directa demostrable con la cantidad de alimentos ingeridos, ni tampoco es la causa de todas las enfermedades que suelen asociarse a los problemas de sobrepeso. En realidad, la obesidad es un síntoma de envenenamiento alimentario.
En pocas palabras, el cuerpo humano se protege de una alimentación de mierda almacenando los elementos que no sabe desintegrar o transformar en la parte externa del cuerpo, en su capa de grasa externa. Mientras más mierda comamos, más grasa repartimos sobre nuestro vientre, nuestros senos y nuestro trasero. Al cabo de unos diez años, cuando el cuerpo ya no logra defenderse y deja de almacenar toda esa basura en su grasa externa, los órganos internos se ven afectados y surgen las enfermedades derivadas de la obesidad.
Nación comida chatarra
En Fast Food Nation, un libro muy bien escrito que devoré de una tirada, Eric Schlosser explica cómo la industrialización de la alimentación en Estados Unidos fue acompañada por el surgimiento de una economía basada en sueldos bajos y de un proletariado ultramóvil y esclavizado a voluntad, y por la construcción de un país desigual donde las infraestructuras financiadas por todos están al servicio de los intereses de unos pocos grupos industriales.
El autor describe la explotación de adolescentes por parte de cadenas de alimentación rápida, la precariedad de los controles de higiene, la pésima calidad de los ingredientes utilizados por la industria alimentaria, la crueldad infligida a los animales y los trabajadores ilegales (cuyos restos pueden terminar mezclados en tu hamburguesa), sin olvidar la difusión de la mentira generalizada.
La primera mentira es la de la composición de los productos vendidos: grasa de pésima calidad, grasas trans (que ya han sido prohibidas en algunos estados y ciudades), uso de interiores y aditivos de todo tipo…
Lo más escandaloso es la mentira del olor y del sabor: para escondernos que comemos literalmente mierda, a la carne se le inyecta un sabor a “carne sellada a la parrilla”, mientras que las papas fritas precocidas vienen con un perfume de papas-ricas-que-ya-no-existen, la mayonesa trae una fragancia de queso y a los caldos de restos de pollo pasados por la centrifugadora para aumentar la cantidad de agua también se les agrega sabor a pollo.
En cuanto al umami, ese quinto sabor descubierto por los japoneses, el que tanto nos hace amar el sabor del pollo frito o de la carne asada, nada tiene que ver con los ingredientes o la cocción: proviene de aditivos químicos destinados a engañar el paladar.
No sólo nos venden mierda en embalajes bonitos, sino que además engañan nuestros instintos y nuestro olfato.
En Internet y en los diarios ha circulado un artículo famoso de una estadounidense que dejó al aire libre un Happy Meal™ –ese menú preparado por McDonald’s con tanto amor para los niños– para ver qué sucedía. Al cabo de un año seguía intacto, totalmente menospreciado por los hongos, las bacterias y los insectos. Si ni siquiera las bacterias y los hongos dan cuenta de ese tipo de comida, ¿cómo pretender que nuestro cuerpo pueda desintegrarla y encontrar en ella los elementos que necesita? Muchos padres que conozco y que leyeron ese artículo quedaron más que preocupados.Envenenamiento colectivo planificado
Basta con pasearse por cualquier supermercado estadounidense, neerlandés o británico para darse cuenta del predominio de la comida industrial: es casi imposible prepararse una comida con productos que no hayan sido procesados y carezcan de aditivos creados para engañar nuestros sentidos. Comer sano requiere disponer de recursos financieros y organizacionales que no están al alcance de los pobres.
Esa misma evolución se observa en el suburbio donde crecí: las tiendas de productos frescos cerraron sus puertas hace mucho tiempo y han sido reemplazadas por tiendas de telecomunicaciones, mientras los supermercados reservan cada vez más espacio para los platos preparados por la industria alimentaria (con márgenes de ganancia muy alentadores) en detrimento de los productos frescos no procesados (que ofrecen márgenes muy inferiores).
Vender un puerro a unos cuantos céntimos para preparar una sopa es mucho menos rentable que vender un litro de sopa por varios euros, sobre todo cuando no contiene más que almidón, potenciadores de sabor, grasas de mala calidad y sal.
De pronto, las estadísticas de los sociólogos cobran sentido: en las sociedades desiguales (encabezadas por Estados Unidos y Reino Unido) es donde se ve la pobreza más extrema, pero también donde la industria alimentaria ha desarrollado la mayor cantidad de alimentos a bajo precio para satisfacer las necesidades calóricas de los más pobres, porque su ingreso disponible es mucho más bajo que en los países más igualitarios.
Los países europeos que siguen esa tendencia fácil de la desigualdad también son los más afectados por la industrialización de la alimentación, una respuesta barata a la baja de sueldos reales y a la violencia organizacional infligida a las familias.
En una sociedad donde las personas ya no tienen muchas oportunidades para juntarse a comer porque se les exige ser más flexibles a la vez que se les paga menos, la comida chatarra industrializada pasa a ser una respuesta normal.
Campaña “comer y moverse”
Ante ese panorama, ver esas campañas públicas que llaman a “comer y moverse” (www.mangerbouger.fr) seguidas de avisos publicitarios de comida chatarra en la tele es algo que me saca de quicio. Dejan a las clases medias pauperizarse, transforman las ciudades en centros comerciales vulgares y accesibles únicamente en automóvil, donde la única comida disponible es mierda perfumada, y luego nos dicen que tenemos que movernos si no queremos terminar todos obesos.
Ahora que sabemos que nuestro cuerpo se pone obeso porque nos hacen ingerir productos tóxicos, y que comemos mierda porque así alcanzamos una organización óptima para maximizar las ganancias de algunos mientras mantenemos los sueldos de otros tan bajos como sea posible sin que la gente tenga hambre, ¿no les parece un tanto irónico escuchar que si movieran un poquito más su trasero serían menos gordos?
Lo que me enfurece más aún es que ya sabemos que el modelo de desarrollo estadounidense es catastrófico: una naturaleza agotada, ciudades feas donde se vive mal, clases medias pauperizadas y obligadas a vivir de los créditos porque el sueldo no da abasto para alimentar a la familia, y un cuasi monopolio de la alimentación industrial que ha provocado una obesidad pandémica y una morbilidad sin precedentes, incluso entre los niños.
Se sabe, pues, y no se hace nada. Seguimos igual.
Todo está muy bien y el país se moderniza. ¿Quieren un poco más de nuestra mierda perfumada? Eso sí, no sean perezosos y muevan un poco el culo…
> Illustrations par Lee CourseyThe RocketeerMustu et Srdjan Stokic et colros (une) sur Flickr

FUENTE:
http://owni.fr/2010/04/11/vida-de-mierda-comida-de-mierda-cuerpos-de-pobres-s/

jueves, 15 de noviembre de 2012

LA COMIDA IMPORTA


CODEX ALIMENTARIUS:CONTROL DE LA POBLACIÓN CON EL PRETEXTO DE LA PROTECCIÓN DE LOS CONSUMIDORES


¿SE ACUERDAN CUANDO LA LECHE SE "CORTABA"?     

Codex Alimentarius, que en latín significa “Código Alimentario”, es una organización muy mal entendida por la mayoría de la gente que poco han oído hablar de ella, pero importa comprender la verdadera realidad de esta potente organización comercial. Desde el sitio web oficial del Codex ( www.codexalimentarius.net ) con el fin altruista de esta comisión es la de “proteger la salud de los consumidores y asegurar prácticas equitativas en el comercio de alimentos, y promover la coordinación de todas las normas alimentarias acordadas por las organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales”. Codex es una empresa conjunta regulada por la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Breve Historia del Codex

La historia del Codex comenzó en 1893 cuando el imperio austro-húngaro decidió que necesitaba un conjunto específico de directrices por las que los tribunales pudieran pronunciarse sobre los casos relacionados con la alimentación [1]. Este conjunto normativo de los mandatos se hizo conocido como el Codex Alimentarius y se llevó a cabo con eficacia hasta la caída del imperio en 1918. Las Naciones Unidas (ONU) se reunieron en 1962 y decidieron que el Codex debería ser re-implementado en todo el mundo con el fin de proteger la salud de los consumidores. Dos tercios de la financiación para el Codex emana de la FAO, mientras que el tercio restante proviene de la OMS.
En 2002, la FAO y la OMS tenían serias preocupaciones acerca de la dirección del Codex, desde 1962 tenían contratado a un consultor externo para determinar su desempeño y para designar la dirección a seguir en la organización de comercio [2]. El consultor llegó a la conclusión de que el Codex debía ser inmediatamente desechado y eliminado. Fue en este momento cuando la gran industria se dio cuenta de todo el potencial monetario de esta organización y de la poderosa influencia que ejercía. El resultado fue un informe actualizado bajo el tono a pedir del Codex para hacer frente a 20 diversas preocupaciones dentro de la organización.
Desde 2002, la Comisión del Codex Alimentarius ha entregado secretamente su papel como organización internacional de la salud pública y de la protección al consumidor. Bajo el timón de la gran industria, el único propósito subrepticio del nuevo códice es aumentar los beneficios para las monstruosas empresas corporativas globales, mientras controla el mundo a través de los alimentos. El entendimiento implícito de su filosofía es que si controla los alimentos, se controla el mundo.

El Codex ahora

El país más dominante detrás de la agenda de Codex son los Estados Unidos, cuyo único propósito es beneficiar a los intereses de las multinacionales, como las grandes farmacéuticas, la gran agroindustria, gran Chema y similares. En la última reunión en Ginebra, los EE.UU. se convirtió recientemente en el “asiento” del Codex, que facilitará una exacerbación de la distorsión de la libertad en la salud y continuará con la promulgación de la desinformación y mentiras sobre organismos genéticamente modificados (OGM) y los nutrientes, sin dejar de cumplir la tácita del programa de control de la población.
La razón por la cual el EE.UU. sigue dominando El Codex es porque otros países falsamente creen que los EE.UU. posee la última tecnología y con la mayor seguridad cuando se trata de alimentos y por lo tanto, lo que los EE.UU. le pide, a sus aliados (UE, Argentina, Brasil, Canadá, México, Australia, Malasia, Indonesia, Japón, Singapur) es que sigan el ejemplo casi todo el tiempo.
Muchos de los países que deseen participar y desea expresar sus opiniones no se les permite asistir a las reuniones del Codex, los EEUU niega la mayoría de los visados de estos representantes cuando quieran. Muchos de estos países (Sudáfrica, Swazilandia, Kenia, Ghana, Egipto, Camerún, Sudán, Nigeria) se han dado cuenta de que el Codex ha sido alterado de una benevolente organización de alimentos a una que es fraudulenta, ilegítima y letal. El hecho de que también las reuniones del Codex se lleven a cabo en todo el mundo no es ningún accidente, ya que permite a los EE.UU. mantener su férreo control sobre la agenda del Codex en los países económicamente menos viables para que no puedan asistir.

La verdadera amenaza

Si bien la agenda esotérica de los medios de comunicación están ocupados fomentando el miedo en los corazones en todo el mundo, centrándose en el terrorismo, el calentamiento global, la salmonella y la escasez de alimentos, las verdaderas amenazas son la clandestinidad convirtiéndose en una realidad. Pronto cada cosa que usted ponga en su boca (con la excepción de los productos farmacéuticos, por supuesto) será altamente regulados por el Codex Alimentarius, incluyendo el agua.
Las normas del Codex son un enfrentamiento total a la libertad de alimentos limpios y saludables, sin embargo, estas normas no tienen capacidad jurídica internacional. ¿Por qué deberíamos preocuparnos?. Estas normas que pronto serán obligatorias (actualmente ya aplicadas) se aplicará a todos los países que son miembros de la OMC (Organización Mundial del Comercio). Si los países no siguen estas normas, como resultado tendrán enormes sanciones en comercio. Algunas normas del Codex, que están en vigor al 31 de diciembre de 2009  incluyen [2]:
* Todos los nutrientes (vitaminas y minerales) se deben considerar toxinas / venenos y se van a eliminar de todos los alimentos del Codex porque prohíbe el uso de nutrientes para “prevenir, tratar o curar cualquier enfermedad o afección”
* Todos los alimentos (incluidos los orgánicos) serán irradiados, para la eliminación de todos los nutrientes de los alimentos tóxicos (a menos que consuman localmente y en bruto).
* Nutrientes permitidos se limitará a una lista positiva desarrollada por el Codex, que incluirá como nutrientes beneficiosos como el fluoruro (3,8 mg al día) desarrollado a partir de los residuos. Todos los otros nutrientes se prohibirá a nivel nacional e internacional para todos los países del Codex compatibles [2].
* Todos los nutrientes (por ejemplo, la coenzima Q10, vitaminas A, B, C, D, zinc y magnesio) que tenga un impacto positivo en la salud del cuerpo se considera ilegal en el Codex, y se reduce a cantidades insignificantes para la salud de los seres humanos [3].
* Ni siquiera será capaz de obtener estos en cualquier parte del mundo, incluso con receta médica.
* Todos los consejos sobre la nutrición (incluida la línea escrita o artículos de revistas o consejo oral a un amigo, familiar o cualquier persona) será ilegal. Esto incluye los informes naturalnews.com en vitaminas y minerales .
* Todas las vacas deben ser tratadas con la hormona de crecimiento bovina recombinante de Monsanto.
* Todos los animales utilizados para los alimentos deben ser tratados con antibióticos potentes y hormonas de crecimiento exógeno.
* La reintroducción de plaguicidas orgánicos mortales y cancerígenos que en 1991, 176 países (incluidos los EE.UU.) han prohibido en todo el mundo, incluyendo 7 de los peores 12 en el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (por ejemplo, hexaclorobenceno, toxafeno y Aldrin) se le permitirá de vuelta a los alimentos en niveles elevados [4].
* Los niveles peligrosos y tóxicos (0,5 ppb) de aflatoxina en la leche producida a partir de las condiciones de almacenamiento con moho de la alimentación animal se le permitirá. Aflatoxina es el segundo compuesto cancerígeno más potente (no la radiación) que conoce el hombre.
* El uso obligatorio de las hormonas de crecimiento y antibióticos en todos los rebaños de los alimentos, el pescado y aves
* Implantación mundial de los OMG sin etiquetar en los cultivos, animales, peces y árboles.
* Los niveles elevados de residuos de pesticidas e insecticidas que son tóxicos para humanos y animales.
Algunos ejemplos de los posibles niveles permisibles seguro de nutrientes en el Codex incluyen [2]:
* Niacina – límites superiores de 34 mcg al día (dosis diaria efectiva es de 2000 a 3000 mcg).
* Vitamina C – límite superior de 65 a 225 mcg al día (dosis diaria efectiva es de 6000 a 10.000 mcg).
* Vitamina D – límites superiores de 5 mg al día (dosis diaria efectiva es de 6000 a 10000 mg).
* Vitamina E – límites superiores de 15 UI de alfa tocoferol solo por día, a pesar de que el alfa tocoferol por sí mismo se ha implicado en el daño celular y es tóxico para el cuerpo (a partir de dosis diarias de una mezcla de tocoferoles son 10000 a 12000 UI).

La puerta está abierta para el Codex

En 1995, los EE.UU. Food and Drug Administration (FDA) creó una política ilegal que indica que las normas internacionales (es decir, el Codex) sustituyen a las leyes de EE.UU. que rigen todos los alimentos, incluso si esas normas estaban incompletas [5]. Además, en 2004 los EE.UU. aprobó el Tratado de Libre Comercio (ilegal bajo la ley de EE.UU., pero legal según el derecho internacional) que requiere los EE.UU. para cumplir con el Codex en diciembre de 2009 [6].
Una vez que estas normas son adoptadas no hay forma posible de volver a las normas anteriores. Una vez que el cumplimiento del Codex se inicia en cualquier área, siempre y cuando sigamos siendo un miembro de la OMC, es totalmente irrevocable. Estas normas son entonces incapaces de ser derogadas, modificadas o alteradas de ninguna manera o forma [1, 2, 7].
El control de la población para el dinero es la forma más sencilla de describir el nuevo Codex, que está dirigido por los EE.UU. y controlado por las grandes farmacéuticas y similares para reducir la población a un futuro sostenible de 500 millones -una reducción de aproximadamente el 93 por ciento-. La FAO y la OMS tienen la audacia de estimar que la introducción de la directriz de las vitaminas y de minerales por sí sola, como mínimo provocará 3 millones de muertes (1000 millones de hambre y otros 2 mil millones de enfermedades prevenibles y degenerativas por la desnutrición, por ejemplo, el cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes) como resultado.
Degradadas, desmineralizada, pesticidas y lleno de alimentos irradiados son la manera más rápida y eficaz para provocar un aumento de rentabilidad de la malnutrición, las enfermedades evitables y degenerativas que el curso de acción más apropiado es siempre productos farmacéuticos. La muerte con fines de lucro es el nuevo nombre del juego. Las grandes farmacéuticas han estado esperando esta oportunidad durante años.

Defiéndase

Dr. Rima Laibow, quien es el director médico de Natural Solutions Foundation, ha emprendido acciones legales contra el gobierno de los EE.UU. y continúa asistiendo a todas las reuniones del Codex y la lucha por su libertad en la salud.
En la última reunión del Codex en Ginebra se escuchó algunas voces disidentes que estaban cansadas ​​de la intimidación de EE.UU. a otro país del mundo con su programa de control de la población. Brasil y China han declarado que cuando más pequeños, los países representados no pueden asistir a las reuniones del Codex (debido a que los EE.UU. no permite visados o por falta de medios económicos), entonces cada decisión tomada en su ausencia no es válida. Como resultado, el Codex pronto puede desmoronarse bajo el peso de la propia corrupción, pero la presión debe ser aplicada de manera unilateral.
Dr. Rima también ha estado reuniéndose con delegados de otros países y haciendo que tomen conciencia de algo que se llama las normas privadas. Las normas privadas permiten a los países a elaborar normas alimentarias, que son más seguras y más altas que las fijadas por el Codex. Obviamente, esto no es una tarea muy difícil y en muchos países aparentemente se puede evadir las directrices defectuosas e irrevocables del Codex que se pusieron en práctica el 31 de diciembre de 2009 [7]

Contactos del Codex para tomar acción

Dr. F. Edward Scarbrough EE.UU. Gerente de Codex EE.UU. Departamento de Agricultura de 4861-South Building Washington, DC 20250 Teléfono: (202) desde 205 hasta 7760 Fax: (202) desde 720 hasta 3157 Ed.scarbrough @ fsis.usda.gov
El sitio web oficial del Codex de EE.UU. es ( http://www.fsis.usda.gov/regulation … )
Para más información llamen: Codex de EE.UU. Oficina de Sala 4861, Edificio Sur de Washington, DC 20250-3700 Teléfono: (202) 205-7760 Fax: (202) 720-3157 uscodex@fsis.usda.gov
Referencias:
1. Bauman, D.E., Nutricide: Criminalizing natural health, vitamin, and herbs. 2005, The Natural Solutions Foundation: USA.
2. Laibow, R.E., “Neutraceuticide” and Codex Alimentarius: The death of nutritional medicine. Alternative & Complementary Therapies, 2005. 11(5): p. 223-229.
3. Codex Guidelines for Vitamin and Mineral Food Supplements. [cited July 10, 2008]. Available from:
(http://www.chfa.ca/media/pdf_files/…)
4. Stockholm Convention on persistent organic pollutants. [cited July 10, 2008]. Available from: (http://chm.pops.int/)
5. Federal Register: October 11, 1995 (Volume 60, Number 196). [cited July 10, 2008]. Available from: (http://www.fda.gov/oia/IH_policy.html)
6. Central America Dominican Republic Free Trade Agreement. [cited July 10, 2008]. Available from: (http://www.wola.org/index.php?&opti...)
7. Laibow, R.E. Natural Solutions Foundation Codex Commission Report. [cited July 10, 2008]. Available from: (http://www.healthfreedomusa.org/)
8. Laibow, R.E., Dispatch #9 – Post-Codex Video #5 from Dr. Laibow: Propelling us into the future. [cited July 10, 2008]. Available from: (http://www.healthfreedomusa.org/ind…)

Fuente: naturalnews