viernes, 30 de julio de 2010

Rosario,costa privada y privados de costa.

Los propietarios limítrofes con los ríos o con canales que sirven a la comunicación por agua, están obligados a dejar una calle o camino público de treinta y cinco metros hasta la orilla del río, o del canal, sin ninguna indemnización. Los propietarios ribereños no pueden hacer en ese espacio ninguna construcción, ni reparar las antiguas que existen, ni deteriorar el terreno en manera alguna. Eso dice el artículo 2639 de Código Civil.Y esto es precisamente lo que nuestros administradores del poder judicial no están administrando ajustándose a derecho.
En una palabra se hacen soberanamente los boludos ante los constantes reclamos de la ciudadanía en general.
Es grosero y obseno como se ufructúa con el espacio público,pero lo intolerable es la privación al mismo,con una impronta de jerarquía del atropello a sabiendas de la impunidad cómplice de la burguesía snobista(o mediopelo al galope,bah),así que por una módica cuota mensual tienen derecho reservado al privilegio del acceso a la costa,que esté libre de pobres y negros de mierda que afean el paisaje.
Hace un tiempo atrás en una charla ocasional que mantuve con el que era en ese momento juez de instricción dr.Eduardo Suarez Moreno marcando lo "irregular" de la situación,me respondió:es un derecho adquirido,la costa la an levantado los clubs y los propietarios ribereños cuan do esto no era nada.O sea, se usa el mismo criterio como para los asentamientos ilegales.Con la diferencia de que la gente que no tiene en donde vivir se hace un rancho en donde puede(o la dejan) víctima de la esclusión,y estos privilegiados lo hacen por el solo hecho de pertenecer al sector en donde la vida es sonriente.
Por otro lado,curioso país en donde está la ciudad de Rosario,Biolcati corto dos caminos y es tema en gran parte de la agenda periodística,aquí hay kilómetros y kilómetros usurpados por gente que no sabe donde poner sus barcos-yates-lanchas y sus ratos de ocio compartido con gente de nivel,a costa de dejar a la mayoría sin costa,y brilla por su ausencia el tema en los medios de gran peso.
Me imagino lo que puede pasar si extiendo mi propiedad un par de metros sobre la calle,a mi si seguro que me cae todo el peso de la ley.

2 comentarios:

Agustín Molina dijo...

Esa es la sensación... hoy día.
Que todo el mundo (que tiene plata) puede hacer lo que se le antoje.
Como comprarse un río, un glaciar o una policía metropolitana.

Moscón dijo...

Agustín:
Es escandolosa por un lado la acción de esta "gente",y también la apatía generalizada de los damnificados,que no tienen conciencia de tales.Ni hablar de la falta de empatía y solidaridad del resto.