sábado, 31 de enero de 2015

"ESCRIBI ESTO HACE 33 AÑOS EN EL PAIS"

Irregularidades en la comercialización de un fármaco, contra la úlcera

  Madrid 20 DIC 1982
Una semana antes de las elecciones generales, la Ranitidina, fármaco sintetizado por los laboratorios farmacéuticos ingleses Glaxo , y presentado como el milagro para la úlcera, fue lanzada al mercado español bajo los nombres comerciales de Quantor, Toriol, Coralen , Ranidin y Zantac. Desde entonces, se han denunciado irregularidades y omisiones sobre los efectos secundarios y contraindicaciones en los prospectos de estos productos
Ahora, el silencio de los laboratorios se ha roto; el Ministerio de Sanidad todavía no se ha pronunciado y la Ranitidina sigue vendiéndose en las farmacias con el texto original.Eldoctor Alfredo Moles, jefe de equipo del servicio de electrorradiología del ambulatorio de la Seguridad Social en Torrejón de Ardoz, acusa a los nuevos productos antiulcerosos de no haber incluido en sus prospectos el siguiente texto: "Durante el tratamiento se han referido muy pocos casos de hepatitis, ginecomastia (crecimiento del pecho en los hombres), amenorrea (pérdida de la menstruación) o perturbaciones de la función sexual (impotencia y disminución de apetito sexual), así como casos de perturbación mental y modificación de los valores de la sangre".
Este texto fue considerado por la Administración Sanitaria de la República Federal de Alemania (BGA) como de publicación obligatoria y urgente, con fecha del 1 de octubre de este año. Según afirma uno de los portavoces de los laboratorios Glaxo en España, el motivo de que en los prospectos de los productos hispanos no se haya incluido esta información adicional, pese a se conocida previamente a la fecha de comercialización de los mismos, "obedece al hecho de que consideramos demasiado estricta la medida adoptada en aquel país, en el sentido de que los estudios clínicos presentados como prueba nos parecen insuficientes y poco significativos. Incluso, algunos médicos que realizaron dichos ensayos se han retractado de sus observaciones precipitadas".
Al parecer, en estos casos no aparecía la ranitidina como único componente de los tratamientos, por lo que el laboratorio se vio forzado a aceptar la medida momentáneamente hasta presentar un recurso en contra; lo que se ha llevado a cabo el día 10 de este mes. Por otra parte, según las mismas fuentes, "Alemania ha sido el único país que ha tomado esta decisión, a pesar de que en muchos otros de los cinco continentes este producto se encuentra a la venta.
Otro argumento esgrimido por el doctor Moles es la contradicción existente en cuanto a la administración en niños.

Rescato esto que escribi hace 33 años cuando era  jefe de la seccion medica de El Pais,que era un diario serio.
No es baladí,porque el laboratorio Glaxo,uno de los mas corruptos,lo sigue siendo,además porque me costó el puesto de trabajo.
El delincuente José Luis Cebrián me cesó en forma fulminante porque me negué a rectificar.
Yo tenía razón,suerte que además trabajaba en la Seguridad Social y no me quedé en la calle con tres hijos.
El Pais es una mierda y Cebrián acaba de irse con millones de indemnizacion.
Yo me jubilé,tuve tiempo de irme a Angola de voluntario internacionalista,de criar a mis hijos y al cuarto que vino,que es quien,buscando en la red dio con su padre,el que escribe,ya con proximos 75 años.
También encontró la denuncia que hice en 1971 contra la dictadura de Lanuse.
Toda mi vida está alli amigos.
Hoy Podemos tomó Madrid y me produzco una enorme alegría...
Seguimos vivos y luchando.
Acá no se rinde nadie carajo!!!
Eso grite yo ante la ofensiva sudafricana en Angola,en la batalla de Cuando Cubango o Cuito Canevale.
Y ganamos y liberamos a Mandela.
No pienso morirme hasta que ganemos Madrid.
Los quiero.






jueves, 15 de enero de 2015

EL GENIO DETRÁS DEL SEGUNDO HIMNO NACIONAL ARGENTINO


Cuenta la historia que en junio de 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, luego de que los alemanes provocaran la caída de París, su ejército desfilaba por las calles al compás de nuestra Marcha de San Lorenzo. Años después, en 1944, el general norteamericano Eisenhower ordenó tocarla para levantar el ánimo de sus tropas luego del desembarco en Normandía. Evidentemente, algo especial tiene esta marcha que es ejecutada y disfrutada por unos y otros.
¿Y quién fue el autor de esa célebre música? Cayetano Alberto Silva, un afrodescendiente que murió en Rosario hace 95 años un 20 de enero de 1920.
Era hijo de Natalia Silva, una esclava de la familia que le dio el apellido. Nacido en 1868 en la localidad de San Carlos, Uruguay, desde muy niño mostró vocación por la música, razón por la cual tanto su madre como Emilia Silva –la patrona– y el Dr. Francisco Vidal Silva –su padrino y posterior presidente uruguayo– se preocuparon por mejorar su educación musical. Lo ingresaron en la Escuela de Artes y Oficios. Otra versión menos difundida y aportada por su nieto, Horacio Silva en la revista «Todo es Historia», relata que el creador de la marcha habría nacido en 1873 en la localidad de Soriano también en tierras uruguayas. Según el relato de este nieto, el compositor egresado de la Escuela de Artes y Oficios, se convirtió en un gran conocedor en instrumentación de Bandas militares. Luego entró a formar parte del conjunto musical de una compañía lírica con la que se trasladó a Europa visitando España, Francia e Italia. Allí, perfeccionó sus estudios y de regreso se trasladó a la República Argentina, radicándose definitivamente y adquiriendo carta de ciudadanía en 1903.
Vale resaltar que pese a su origen humilde, Silva poseía una gran formación intelectual, dominando el idioma italiano –del que fue maestro– y contando con amplios conocimientos de ópera al punto de ocupar el puesto de primer violín en una compañía dedicada a tocar estas obras.
Según el relato de su hijo, Luis Gilberto Silva quien prestó testimonio en el libro “El Rosario de Satanás” de Don Héctor Zini, la educación también se apoyó en lo que mamó en su hogar. De acuerdo con el entrevistado, fue el padre de Silva, de modos rígidos, quien solía reprenderlo por tararear o silbar canciones. Le decía, siempre según Silvia, “Eso queda para gente orillera”. Este hijo también recordó la estadía en Buenos Aires de Silva, la amistad de su padre con el dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, quien solía quedarse conversando en su casa hasta la madrugada. Años más tarde, Silva escribiría la música de dos obras teatrales de Sánchez: «Canillita» y «Cédulas de San Juan».
Posteriormente el compositor se trasladó a San Juan donde organizó la banda de un regimiento militar y después a Mendoza donde creó la banda del cuerpo de bomberos.
Luego, llegaría a Rosario donde tuvo la oportunidad de ingresar como maestro en la banda del Regimiento 7 de Infantería. A ese cargo renunció en 1893 para dedicarse a la enseñanza de música y telégrafo, fundando un conservatorio en calle Entre Ríos y Pellegrini. Entre los discípulos del conservatorio se hallaba don Alfredo Santanelli, con quién trabó íntima amistad, conociendo a una hermana de éste, doña Filomena Santanelli.
Con ella contrajo matrimonio en julio de 1896 y tuvo ocho hijos. En 1898 fue contratado por la Sociedad Italiana de Venado Tuerto y se trasladó con su familia a dicha ciudad, donde fundó un centro lírico, enseñó música y creó la pieza «La Rondalla», con la que actuó en el carnaval de 1900. En esa ciudad compuso la famosa «Marcha de San Lorenzo», considerada como un segundo Himno Nacional Argentino. Fue la culminación de una serie de marchas militares que había comenzado a componer Silva. Ese proceso de composición se inició en los bancos de la plaza San Martín y culminó el 1 de enero de 1902. Ese día la tocó por primera vez en su casa, con su violín, frente a su esposa y una hija muy pequeña.
En detalle
La marcha estaba dedicada inicialmente al general Pablo Ricchieri, y debió llevar el nombre del homenajeado, pero según se ha dicho, el personaje declinó recibir tal reconocimiento en vida. Entonces pasó a ser de “San Lorenzo”, lugar donde había nacido Ricchieri. Habiéndole agradado tanto, este general la declaró en 1902 como marcha oficial del Ejército Argentino después de ser escuchada en la inauguración del monumento al general San Martín de la capital santafesina. De ese acto participó el por entonces presidente Julio Roca. En 1907 el profesor Carlos Javier Benielli, amigo mendocino del maestro Silva, solicitó a éste la autorización para escribir la letra de la marcha. Así le dio más brillo a una gran composición y fue allí donde se imprimió la referencia al combate de 1813.
Otros
Entre el conjunto de marchas creadas por Cayetano Silva se destacan la marcha de Curupaity, inspirada en la guerra del Paraguay, la marcha de San Genaro -localidad próxima a Rosario-, Río Negro y 22 de Julio. A su obra hay que agregar una insospechada pieza musical: un tango criollo para piano titulado «Más vale tarde que nunca». También escribió música sacra y popular en una profusa producción, muchos de cuyos originales se han perdido a través del tiempo. En este sentido, es de lamentar que desde la creación de la marcha San Lorenzo, la obra y su autor siguieron caminos muy distintos. Apremiado por necesidades económicas, con una familia numerosa, Silva debió vender sus derechos de las obras a una casa editora de Buenos Aires por la módica suma de cincuenta pesos. En esa época no existían leyes que ampararan los derechos de autor.
Por último, cuando Silva gestionaba su reincorporación al Ejército se le prometió la dirección de la banda de la Policía de Rosario pero los azares de la política le quitaron las probabilidades sufriendo un duro golpe moral que le afectó hasta precipitar su muerte.
Falleció en Rosario en estado de indigencia el 12 de enero de 1920 a los 52 años de edad. Pese a haber sido empleado policial fue su condición de negro la que primó a la hora de que le negaran la sepultura en el panteón policial. Silva fue sepultado sin nombre en el Cementerio La Piedad. Recién en 1997 sus restos fueron trasladados Cementerio Municipal de Venado Tuerto luego de gestiones efectuadas por la Asociación Amigos de la Casa Histórica Cayetano Silva, aquella en donde se ejecutara por primera vez la Marcha, hoy convertida en museo.
Vaya entonces el homenaje para Don Cayetano, a casi un siglo de su muerte.
Seguramente, desde algún lugar escuchará asombrado, como miles de argentinos tararean su obra más famosa. Y a pesar de la tonada orillera, no podrá dejar de escapar, una tierna sonrisa


miércoles, 14 de enero de 2015

¡POR ALÁ! EL NEGRO Y SU PROFECÍA ÉTICA



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“Lo ideal sería que pudiésemos publicar sobre cualquier cosa que sea pública, ya que cuando se hace algo público se arriesga a la crítica. Pero la realidad te marca que no es así. Si yo publico un chiste sobre Mahoma que me parece bueno y que entiendo legítimo publicar, y por eso le acarreo el incendio de la casa y la muerte a cuatro o cinco compatriotas míos que viven en países islámicos. Y no, prefiero no publicarlos”.
“Yo siempre digo que los que mejor hacen chistes sobre judíos son los de la colectividad judía, y si uno los hace quizá hiera alguna susceptibilidad”

Sin saberlo, Fontanarrosa opinó sobre Charlie Hebdo. Miren este párrafo de su biografía...
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martes, 6 de enero de 2015

SOMOS LO QUE SOMOS PORQUE FUIMOS LO QUE FUIMOS

Hernandarias y su lucha contra los contrabandistas

El popular caudillo, yerno de Juan de Garay, llamaba “enemigos de la Patria”a los traficantes del puerto de Buenos Aires.

El 21 de diciembre de 1634 moría en su humilde rancho de la ciudad de Santa Fe, Hernando Arias de Saavedra, más conocido como Hernandarias, el primer criollo (había nacido en Asunción) en ser designado gobernador de lo que entonces era la Gobernación del Paraguay que comprendía hasta el Río de la Plata y áreas integrantes del Virreinato del Perú. Su figura es tan argentina como paraguaya y uruguaya.
Constituye quizás el arquetipo del criollo que ya se percibe a sí mismo como distinto de sus antecesores castellanos.
Existe en Hernandarias un auténtico amor a la Patria, siendo de hecho una frase suya en carta al rey Felipe III el primer rastro en donde aparece esa palabra cuando señala “los enemigos de la Patria” en clara alusión a los contrabandistas del puerto de Buenos Aires, contra quienes luchó con todos los medios a su alcance.
Era yerno de Juan de Garay, quien acompañado de pobladores asunceños fundó en 1573 la ciudad de Santa Fe y años más tarde, en 1580, procedió a erigir “por segunda vez” la ciudad de Buenos Aires. En rigor de verdad, Garay fundó la Ciudad de la Trinidad, con todas las formalidades con las que los españoles se tomaban la fundación de una nueva ciudad (reparto de solares y chacras; designación de los vecinos; elección del cabildo, etc.) en cercanías del lugar donde años antes Pedro de Mendoza se había limitado a edificar un apostadero, en la margen norte del Riachuelo, al que llamó Puerto (no ciudad) de Santa María del Buen Ayre. Ese obligado desdoblamiento en cuanto al origen poblacional de la que llegaría a ser capital, primero del Virreinato y luego del país, marcaría a fuego su relación con el interior profundo.
Arturo Jauretche ya lo había afirmado en su genial obra de sociología práctica “El medio pelo en la sociedad argentina”, y también lo haría José María Rosa en su poco divulgada obra “Porteños ricos y trinitarios pobres”: el núcleo poblacional de Buenos Aires (Ciudad de la Trinidad) compuesto fundamentalmente por criollos procedentes de Asunción y de Santa Fe, no obstante tener el honroso título de vecinos y por ello ser los únicos habilitados para integrar el cabildo y ejercer el gobierno local en nombre del rey, sería paulatina pero inexorablemente sustituido por mercaderes advenedizos, generalmente de origen portugués vinculados al deshonroso y prohibido comercio de negros esclavos.
A los pocos años de su fundación, Buenos Aires vivía una situación especial. Los vecinos fundadores y sus descendientes tenían el control del cabildo, pero el movimiento mercantil comenzaba a seguir un rumbo diferenciado, y estaba a cargo de habitantes que no eran vecinos, pero que empezaban a marcar diferencias, sobre todo en cuanto a sus intereses y el modelo de sociedad a construir. Existía prohibición de ingresar por el puerto productos extranjeros, esto es, de países que no fueran España o partes integrantes del imperio. Pero las leyes se violaban recurrentemente con la tolerancia de la escasa población, necesitada de los elementos más básicos, y la complacencia o ineptitud de los escasos funcionarios reales.
Es entonces cuando el rey nombra por primera vez a un criollo gobernador, con amplias facultades. Nos dice Rosa: “Ahora el caudillo es gobernador por nombramiento regio.
Tiene asegurada la estabilidad por cinco años a lo menos, además de prerrogativas que le confiere el sello con las armas reales en el pliego recibido. Posee la Cédula de Permiso (1602) que supone será el remedio a la situación de la Santísima Trinidad, sin favorecer a portugueses de fe sospechosa y manera de vivir tan opuesta a la de los viejos pobladores, ni llenar el interior de Indias con esclavos de Guinea y géneros de Holanda”.
En su lucha por fortalecer la producción de artesanías del interior y evitar el contrabando realizado desde el puerto único de Buenos Aires, tuvo que enfrentarse a las sucesivas cabezas de ese grupo, al que se llamaba entonces “confederados” por oposición a los “beneméritos”, descendientes de los fundadores que vinieron con Garay desde Santa Fe.
Así se sucedieron Diego de Veiga, Bernardo Sánchez, Juan de Vergara, entre otros. Hábiles a la hora de sobornar funcionarios y con llegada incluso hasta el mismo Consejo de Indias.
Pero esos contrabandistas ávidos de riqueza fácil eran parte de un todo más complejo.
“La modesta asociación porteña de introductores de esclavos y funcionarios reales corrompidos venía a ser un engranaje dentro de una poderosa entidad internacional que tenía el monopolio del tráfico negrero.
Era una empresa poderosa, con cazadores en Angola y Guinea, bases de aprovisionamiento y mercados de venta en los puertos de Brasil, y buques de bandera, casi siempre holandesa, para el transporte de la mercadería.” (Rosa, J.M., “Porteños ricos …”, pág. 41).
La popularidad de que Hernandarias gozaba en todo el interior profundo contrastaba con el odio que le profesaban algunos porteños enriquecidos súbita e ilegalmente, aunque no los trinitarios desplazados del gobierno de la ciudad. Al punto que cuando el caudillo gobernador se trasladaba desde Asunción, capital nominal de la gobernación, hasta el puerto, contaba con una escolta de jinetes santafesinos dispuestos a proteger su vida.
En las actas del Cabildo de Buenos Aires se conserva el testamento de quien supo ser líder de los contrabandistas, Juan de Vergara, dueño de una gran fortuna que contrastaba con la pobreza generalizada de una aldea de poco más de 1.500 habitantes en la que los “beneméritos” habían sido desplazados a las periferias. Éstos no atinaron a secundar a Hernandarias en su lucha. Pero la historia posterior demostrará que de tanto en tanto se harían presentes en la Plaza a ocupar el protagonismo al que tenían derecho.